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martes, 15 de febrero de 2011

Hecho de menos a Irene...

El 10 de Septiembre del 2009 conocí a la persona más dulce del mundo.
Cuando me habló por primera vez y la vi en sus fotos, con su pelito rubio y me encanta.
Decía que yo le encantaba, que como era tan guapa, que tenía muchas ganas de oírme hablar.


A los tres días me llamó por teléfono y oí su voz por primera vez, tenía la voz más bonita del mundo.
Cada día me esperaba en el msn para hablar conmigo,
si tardaba un poco me llamaba hasta que me conectara,
hacíamos videollamadas largas hasta que yo me iba... Y así cada día.
Nos dimos la contraseña del Tuenti, y cuando me conectaba a la tarde en mi tablón me ponía cosas lindísimas, dedicándome canciones, y yo le ponía '¡Sorpresa, te sigo esperando!' Y cosas así que me hacían mucha ilusión...
Todos los días me llamaba y me decía 'te quiero'.
Todos los fines de semana nos llamábamos y me quedaba hablándola hasta la madrugada, y oía como se quedaba dormidita tras el teléfono...
Todas las tardes hablando, me decía cosas preciosas, me hacía vídeos... Yo me volvía tan tonta por ella que me comportaba como una niña, y así era feliz.
Al salir del instituto comía a conectarme y ¡bien!, ahí estaba ella..
Así cada, cada día.
Hasta que nos vimos en Enero, y nunca lo olvidaré.
De verdad... Todo eso no se compara con nada de ahora. Las conversaciones cambiaron y ahora decirle algo ya le molesta, cuando antes le hacía gracia cualquier tontería que dijese y se preocupaba tantísimo por mí que me sentía ''su niña'' :(
Luego, este año, yo la llamaba algunas tardes y preguntarla que tal su día, darle las buena noches...
hasta que decidí no llamarla más y ya hecho de menos su voz, tanto que no me acuerdo de ella..


Ya no recibo mensajes, no oigo llamadas, si me conecto nunca me dice nada...
Según ella porque 'le tiene que salir de dentro saludarme' U_U
No le pido que me diga 'te amo' cuando no lo sienta, no le pido un 'hola' cuando no quiera saludarme..
Pero si me quisiera al menos un poquito no cambiaría conmigo...
Me rompe saludarla yo siempre por no querer quedarme con las ganas de hablar con ella.


De verdad... Hecho de menos a la Irene que conocí.
La que me llamaba y me decía cuánto me echaba de menos y cuándo me quería.
La que me enseñaba lo tantísimo que le importaba cómo estuviera en ese momento...
Esa Irene tan tierna que tanto hecho de menos...

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